martes, 13 de mayo de 2008

Diagnóstico Del Aula

El Liceo Tulio Febres Cordero, se encuentra ubicado en el sector Belén, en la Avenida 7, entre calles 16 y 17 perteneciente al municipio Libertador del Estado Mérida.

La economía de la zona se basa en actividades de índole comercial, donde predominan los negocios de víveres, así como también, existen restaurantes, cafetines, fruterías, centros de comunicaciones (Internet y telefonía), comercios de ropa y calzado, entre otros. En cuanto al transporte de la zona es bastante bueno, ya que esta queda muy cerca del centro de la ciudad y hay varias líneas de autobuses que pasan cerca, tales como: Línea lo Chorros de Milla, la Hollada de Milla, Tabay, La Culata, Blén... La seguridad de la zona no es muy buena, debido que los habitantes de la zona han sido victimas del robo y de la violencia; los organismos competentes de la seguridad no hacen casi nada para combatirla.

Respecto a la estructura de la institución, se puede decir que está bien, en líneas generales, ya que la parte de atrás está en remodelación; en la misma existen oficinas a nivel administrativo, salones, sala de audiovisuales, cantina escolar, biblioteca, baños, laboratorios, cancha sin techo, pocas áreas verdes, no existe comedor escolar. No hay servicio de comedor.

En relación con el aula de clase, está constituida por 28 estudiantes, presenta ventanas en la parte superior de la pared, es decir, estas dan con el techo, las paredes están recién pintadas, existen dos pizarrones, uno acrílico y el otro de tiza, los pupitres todo el tiempo se encuentran desordenados, hay papelera, una mesa y silla para el profesor. El laboratorio está bien dotado y cuenta con el siguiente mobiliario: dos mesones y dos estantes grandes, sillas, pizarrón, presenta instrumentos como: porta y cubre objeto, pinzas, 4 microscopios, existen algunas sustancias químicas como: acido clorhídrico y hidróxido de sodio. Hay muchas láminas en la pared ejemplificando modelo de la célula, así como ejemplos de cruces y otros.

Las relaciones que se establecen entre el docente – alumnos no son muy buenas, ya que el profesor no se siente a gusto con el grupo y viceversa, situación que no hace agradable la hora de la clase; el grupo es poco colaborador con la realización de las actividades, se muestra inseguridad, no hay participación en la clase teórica y tampoco en la práctica, hay discriminación entre ellos mismo. En este grupo se ve la perdida de valores, es un grupo bastante indisciplinado y muy pasivo a la hora de la elaboración de alguna asignación. El profesor es autoritario, puesto que grita y usa palabras no adecuadas al referirse a ellos. El profesor siempre está predispuesto a cualquier acción de los estudiantes. En cuanto a las relaciones del profesor con cada uno de los estudiantes, no se diferencia mucho de las que presenta con el grupo en general, ya que para el la mayoría son desaplicados e indisciplinados, sólo tiene una mejor relación con dos alumnas y hay veces que también les llama la atención de la manera menos indicada. El trato de estudiante – estudiante, no se aleja del que le da el profesor a ellos, puesto que hay momentos que se dicen palabras fuertes y se da la crítica destructiva.

Por otro lado, la planificación que lleva a cabo el profesor, la elabora en base a tres lapsos de tiempo, y como el profesor da clase en todos los 9º, pues es la misma para todos. Está es realizada de acuerdo a los contenidos que presenta el libro; los objetivos que se plantean no difieren en nada a los del libro, no se elaboran competencias, indicadores. La clase se inicia diciendo el número de objetivo y copiándose los contenidos en el pizarrón, nunca se hace recuento de la clase anterior, no se hacen lluvia de ideas, pregunta intercaladas, analogías entre otras tantas estrategias que se podrían aplicar en el proceso de enseñanza, no se originan situaciones donde se genere conflicto cognitivo, se ve un objetivo por clase, el profesor no aclara dudas, sólo los coloca a copiar y pegar del texto, no relaciona los contenidos con la vida cotidiana. Como no se usan estas estrategias a los estudiantes se les dificulta la interpretación, hay problemas de lectura y escritura. El profesor sólo está de acuerdo con lo que dicen los textos, por lo tanto los alumnos estudian para memorizar con el fin de repetir el conocimiento a la hora de una prueba. En cuanto al contenido de la asignatura el profesor usa un lenguaje adecuado, empero, para referirse a los estudiantes su vocabulario no es muy bueno.

Se ubica el modelo de enseñanza y aprendizaje dentro del enfoque conductista, donde el estudiante es un ente pasivo, cuyo único fin es apoderarse del conocimiento, teniendo como obligación repetir todo lo que el profesor dice en clase para poder aprobar la materia y el docente se preocupa más por cumplir la planificación que por analizar si el educando aprendió significativamente. La evaluación de cuantitativa, donde sólo interesa el producto, es decir si el estudiante aprobó o no, asignando un número al conocimiento. El modelo de enseñanza es netamente tradicional.

Como es bien sabido, el proceso de enseñanza y aprendizaje no se debe dar en el enfoque conductista porque se ha comprobado que de esta manera las cosas no funcionan bien, puesto que el estudiante no aprende significativamente, por tal razón, es conveniente llevar el proceso de enseñanza y aprendizaje de otra forma (enfoque constructivista), donde no sólo se evalúen los resultados sino también, el inicio y proceso del hecho educativo, donde todos los involucrados sean protagonistas, de manera que se analicen las fallas con el fin mejorar mediante la crítica constructiva, sin dejar a un lado las potencialidades.

1 comentario:

Maricarmen Grisolia dijo...

EXcelente tu diagnóstico de aula María Virginia. Completo y equilibrado. Felicitaciones!